Equipado con un depósito de agua de 1.300 litros en la parte delantera y una barredora en la parte trasera.Este fue el diseño con el que el portaaperos se utilizó para trabajos de limpieza en los emplazamientos de obra, según palabras de Karl Fischer hijo al acordarse del primer tractor Fendt de su empresa. La máquina de 45 CV de potencia, adquirida hace ya 35 años, sigue funcionando en la actualidad. “En realidad, probablemente fue el primer portaaperos que se utilizó en el sector de la construcción”, afirma el director general con una sonrisa de satisfacción. En 1927, su abuelo, Karl Fischer, fundó la arraigada empresa en Weilheim-Teck. Servicios tales como la trilla bajo contrato y el transporte de madera fueron solo el comienzo. La gama de ofertas empezó a ampliarse de forma continua.En primer lugar, se encuentra la implicación en la construcción de autopistas y en el transporte de gravilla y arena. “Mi abuelo fue prisionero de guerra durante mucho tiempo y, tan solo seis meses después de su regreso en 1959, falleció. Así, su mujer y sus dos hijos, es decir, mi padre que, por aquel entonces, tenía 18 años, y el hermano de este, continuaron dirigiendo el negocio y ampliaron la empresa”, relata. Hoy en día, esta empresa diversificada cuenta con un equipo de especialistas formado por expertos en logística, especialistas en el medio ambiente, mecánicos, ingenieros y técnicos con amplia experiencia, lo que le permite ofrecer soluciones incluso para las tareas más insólitas.

. De hecho, en esta empresa suaba, una media de 16 aprendices estudian diferentes profesiones para convertirse en mecánicos de maquinarias agrícolas, ingenieros mecatrónicos para el sector automovilístico, gestores de máquinas de construcción, conductores profesionales de transporte de mercancías o especialistas en finanzas del sector industrial. “Todos son grandes tipos”, comenta Fischer apasionado. En su opinión, los seis competentes maestros y formadores de Fischer GmbH & Co. OHG desempeñan un papel muy destacado en este punto, pues todos ellos tienen también hijos y saben bien cómo tratar a los jóvenes. Además, los aprendices no tienen que realizar “trabajos auxiliares”, como barrer el patio o tareas parecidas. Simplemente pueden participar directamente en el trabajo real, lo que motiva enormemente estos jóvenes, procedentes en su mayoría de explotaciones agrícolas. Fischer también se preocupa por la formación académica. Así, a través de los estudios superiores de una academia de formación profesional de la escuela técnica superior de la ciudad de Ravensburg, los estudiantes de ingeniería civil pueden realizar sus prácticas en Weilheim-Teck.